Hoy vamos a hablar de superhéroes. Del tipo de superhéroes que nos encandilaban cuando éramos niños. De los de siempre, con sus mallas coloridas y sus capas ondeando al viento mientras luchan con todas sus fuerzas por el bien y la justicia. Concretamente, vamos a hablar del regreso del capitán Marvel en esta vuelta a los orígenes que nos trae Jeff Smith, creador de la conocidísima Bone.
¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal nos cuenta la historia de Billy Batson, un niño sin hogar que un buen día se topa con un poderoso mago. El anciano hechicero le explica brevemente que ha sido elegido como sustituto y le pide que diga la palabra mágica ¡SHAZAM! De pronto Billy se convierte en un poderoso superhéroe, cambiando cuerpo y psique con el capitán Marvel con un simple golpe de voz. Juntos combinarán sus esfuerzos para enfrentarse a los malvados monstruos que están invadiendo la ciudad.
Lo que encontramos en ¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal es una buena presentación de familia. Conoceremos a Billy, a su hermana Mary, a su colega Tawky Tawny y por supuesto al malvado doctor Sivana. Junto a ellos disfrutaremos de esta aventura de monstruos parlantes come-niños, robots gigantes y poderosa magia. Una historia sencilla, que no necesita de grandes giros ni complicaciones de trama para crear un ambiente que invite al lector a quedarse un rato entre sus páginas. El dibujo de trazo redondeado y marcado carácter juvenil va de la mano del argumento del joven y noble superhéroe que da sus primeros pasos en su lucha contra el mal. Lo terminan de vestir los colores vivos y muy nítidos que le dan un aspecto muy acogedor a toda la obra.
Tal vez queráis conocer a Shazam antes de que irrumpa en las pantallas de todos los cines la próxima semana o quizá ya le conocéis pero queréis que os lo vuelvan a presentar, de una manera un poco diferente, manteniendo la dualidad de personajes y ese feeling tan encantador que consigue darle Jeff Smith al personaje. O igual sólo os interesa disfrutar de una divertida historia al más puro estilo superheróico con toda la ilusión y la magia de cuando éramos críos. En cualquier caso, ¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal es el cómic ideal para pasar un buen rato leyendo algo muy bonito, con aire desenfadado y sin grandes complicaciones.
¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal nos cuenta la historia de Billy Batson, un niño sin hogar que un buen día se topa con un poderoso mago. El anciano hechicero le explica brevemente que ha sido elegido como sustituto y le pide que diga la palabra mágica ¡SHAZAM! De pronto Billy se convierte en un poderoso superhéroe, cambiando cuerpo y psique con el capitán Marvel con un simple golpe de voz. Juntos combinarán sus esfuerzos para enfrentarse a los malvados monstruos que están invadiendo la ciudad.
Lo que encontramos en ¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal es una buena presentación de familia. Conoceremos a Billy, a su hermana Mary, a su colega Tawky Tawny y por supuesto al malvado doctor Sivana. Junto a ellos disfrutaremos de esta aventura de monstruos parlantes come-niños, robots gigantes y poderosa magia. Una historia sencilla, que no necesita de grandes giros ni complicaciones de trama para crear un ambiente que invite al lector a quedarse un rato entre sus páginas. El dibujo de trazo redondeado y marcado carácter juvenil va de la mano del argumento del joven y noble superhéroe que da sus primeros pasos en su lucha contra el mal. Lo terminan de vestir los colores vivos y muy nítidos que le dan un aspecto muy acogedor a toda la obra.
Tal vez queráis conocer a Shazam antes de que irrumpa en las pantallas de todos los cines la próxima semana o quizá ya le conocéis pero queréis que os lo vuelvan a presentar, de una manera un poco diferente, manteniendo la dualidad de personajes y ese feeling tan encantador que consigue darle Jeff Smith al personaje. O igual sólo os interesa disfrutar de una divertida historia al más puro estilo superheróico con toda la ilusión y la magia de cuando éramos críos. En cualquier caso, ¡Shazam! La monstruosa sociedad del mal es el cómic ideal para pasar un buen rato leyendo algo muy bonito, con aire desenfadado y sin grandes complicaciones.