"Me violaron a los seis años.
Me internaron en un psiquiátrico.
Fui drogadicto y alcohólico.
Me intenté suicidar cinco veces.
Perdí la custodia de mi hijo.
Pero no voy a hablar de eso.
Voy a hablar de música.
Porque Bach me salvó la vida.
Y yo amo la vida.
James Rhodes es uno de los más eminentes concertistas de piano de la actualidad y un gran renovador de la música clásica. Ha protagonizado documentales para la BBC y Channel 4, escribe en The Guardian y ofrece recitales en todo el mundo"
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Para quienes todavía no sepáis quien es James Rhodes, se trata de un concertista de piano británico que lo está petando mucho estos últimos años y que está revolucionando el anticuado mundo de la música clásica con su enfoque cercano y centrado en lo realmente importante: la música por encima del postureo pedante propio del mundillo. Además, desde hace unos meses vive en nuestro país, por lo que su fama se ha extendido bastante por estos lares. Puede que su activa cuenta de Twitter también tenga algo que ver, así que ya de paso os recomiendo encarecidamente que le sigáis y le mandéis croquetas: @JRhodesPianist
Pero vayamos a lo que nos ocupa en esta reseña, su libro: Instrumental. Memorias de música, medicina y locura. Se trata de un texto autobiográfico en el que se sirve de la música clásica para acompañar e ir desgranando las diferentes etapas de su vida. Quedáis avisados en la misma contraportada, los temas que aparecen en estas páginas no son fáciles de leer ni de digerir pero si os atrevéis a comenzar las primeras frases y os dejáis llevar por la melodía lo más seguro que os encontréis atrapados en una historia desgarradora y llena de emociones de todo tipo que, menos mal, desemboca en un "final" esperanzador.
El libro está estructurado en capítulos que van narrando los diferentes acontecimientos que fueron jodiendo la infancia de James y que irá avanzando de un modo totalmente auto-destructivo mientras trata de lidiar como puede con las terribles secuelas que inevitablemente deja algo tan horrible como una violación infantil. Como digo, hay cierto punto de inflexión que arroja un rayo de luz sobre el horizonte y nos demuestra la importancia de contar estas historias y de hablar sin tapujos para que no vuelvan a sucederle a nadie nunca más.
Cada capítulo lleva por título un tema musical asociado, relacionado de alguna manera con el contenido del mismo y del que el autor siempre nos cuenta alguna curiosidad o anécdota, lo que constituye un buen repaso por la historia y las peculiaridades de estos grandes temas de la música clásica que, de un modo u otro han sido importantes para el autor y ha creído oportuno compartir con el resto del mundo. Bach, Beethoven, Rajmáninov, Schubert, Mozart o Chopin entre otros, se van sucediendo y van aportando su magia curativa en forma de notas musicales y van dándole forma a esta historia de supervivencia.
No es necesario que te guste especialmente la música clásica para adentrarte en esta historia, ni siquiera es necesario que conozcas demasiado al autor, es más, está en parte enfocada como acercamiento para aquellos que desconocen este mundo y estén dispuestos a escuchar algo distinto. Esta obra tiene dos vertientes que no funcionarían la una sin la otra, por un lado la vida de James y su dura historia y por otro la música que le salvó. Te puede interesar más una parte que la otra pero es imposible e impensable tratar de separarlas.
Si os soy sincera, no soy mucho de música clásica y la verdad es que me topé con este libro un poco por casualidad pero debo decir que he escuchado la playlist que propone y he tenido muy buenos momentos. También comencé a leer con un poco de miedo por los horrores que podría encontrar pero debo admitir que aunque sí, los hay, la partes buenas hacen del conjunto un libro único que recordaré con cariño. Es una lectura difícil de recomendar pues hay que tener muy presente sobre qué vamos a leer si decidimos darle una oportunidad, si lo hacéis, no os dejará indiferentes y con suerte sabréis extraer lo bueno de la vida y de la música y tal vez incluso nos sirva a todos para vivir un poquito más felices.
Pero vayamos a lo que nos ocupa en esta reseña, su libro: Instrumental. Memorias de música, medicina y locura. Se trata de un texto autobiográfico en el que se sirve de la música clásica para acompañar e ir desgranando las diferentes etapas de su vida. Quedáis avisados en la misma contraportada, los temas que aparecen en estas páginas no son fáciles de leer ni de digerir pero si os atrevéis a comenzar las primeras frases y os dejáis llevar por la melodía lo más seguro que os encontréis atrapados en una historia desgarradora y llena de emociones de todo tipo que, menos mal, desemboca en un "final" esperanzador.
El libro está estructurado en capítulos que van narrando los diferentes acontecimientos que fueron jodiendo la infancia de James y que irá avanzando de un modo totalmente auto-destructivo mientras trata de lidiar como puede con las terribles secuelas que inevitablemente deja algo tan horrible como una violación infantil. Como digo, hay cierto punto de inflexión que arroja un rayo de luz sobre el horizonte y nos demuestra la importancia de contar estas historias y de hablar sin tapujos para que no vuelvan a sucederle a nadie nunca más.
Cada capítulo lleva por título un tema musical asociado, relacionado de alguna manera con el contenido del mismo y del que el autor siempre nos cuenta alguna curiosidad o anécdota, lo que constituye un buen repaso por la historia y las peculiaridades de estos grandes temas de la música clásica que, de un modo u otro han sido importantes para el autor y ha creído oportuno compartir con el resto del mundo. Bach, Beethoven, Rajmáninov, Schubert, Mozart o Chopin entre otros, se van sucediendo y van aportando su magia curativa en forma de notas musicales y van dándole forma a esta historia de supervivencia.
No es necesario que te guste especialmente la música clásica para adentrarte en esta historia, ni siquiera es necesario que conozcas demasiado al autor, es más, está en parte enfocada como acercamiento para aquellos que desconocen este mundo y estén dispuestos a escuchar algo distinto. Esta obra tiene dos vertientes que no funcionarían la una sin la otra, por un lado la vida de James y su dura historia y por otro la música que le salvó. Te puede interesar más una parte que la otra pero es imposible e impensable tratar de separarlas.
Si os soy sincera, no soy mucho de música clásica y la verdad es que me topé con este libro un poco por casualidad pero debo decir que he escuchado la playlist que propone y he tenido muy buenos momentos. También comencé a leer con un poco de miedo por los horrores que podría encontrar pero debo admitir que aunque sí, los hay, la partes buenas hacen del conjunto un libro único que recordaré con cariño. Es una lectura difícil de recomendar pues hay que tener muy presente sobre qué vamos a leer si decidimos darle una oportunidad, si lo hacéis, no os dejará indiferentes y con suerte sabréis extraer lo bueno de la vida y de la música y tal vez incluso nos sirva a todos para vivir un poquito más felices.
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