"Un camello cruza al galope el desierto de Judea. Sobre su sufrida grupa se encuentra Baltasar, más conocido como “El fantasma de Antioquía”, un ladrón profesional que viene de desvalijar la casa del prefecto de Tel Arad. Y, pisándole los talones, una cohorte de soldados romanos ansiosos por llevar su cabeza ante los pies de
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¿Qué hubiera pasado si los Reyes Magos de Oriente hubieran sido realmente tres criminales? Noche sin paz nos cuenta una peculiar versión de esta historia, que, pese a partir de la misma base, poco se parece a la narrada en la Biblia.
El argumento se centra en la huida de Baltasar, que comienza la novela perseguido por los soldados romanos por allanamiento y robo. Tras una serie de acontecimientos, la cosa se complica, entran en juego otros dos ladrones, y la persecución se desmadra hasta involucrar de lleno al anunciado Mesías.
El protagonista principal de la novela es Baltasar, al que llegamos a conocer bastante bien tanto por sus acciones como por la parte de su pasado que se nos va desvelando a lo largo de las páginas. Cabría pensar que los dos co-protagonistas son Melchor y Gaspar pero aparecen tan poco que más bien los calificaría de secundarios. Sin embargo, se hacen notables las apariciones de personajes como Herodes, perfecto antagonista, y Poncio Pilatos, además de José y María, que están presentes en casi toda la narración. Así que podría decirse que lo que realmente tenemos entre manos es la historia de un tal Baltasar y de lo que le aconteció cuando una estrella brillante apareció en su camino.
El estilo narrativo es muy ágil, el ritmo es tan frenético como el galope de los camellos por el desierto y los giros y sorpresas se van sucediendo como golpes de espada bien asestados. En ocasiones encontramos algún oasis de calma en la lectura donde retrocedemos a la infancia de Baltasar, aunque estos respiros están tan cargados de emociones (especialmente dolorosas) que tampoco ofrecen tregua ni descanso al desprevenido lector. Abundan las peleas y luchas y el autor se recrea describiendo con todo lujo de detalles escenas desagradables que pueden poner a prueba los estómagos más sensibles. Si consigues superar estos momentos de arrugar la nariz y apartar la mirada, la lectura es totalmente adictiva.
Muy recomendable. Divertida e interesante a partes iguales, con buenos personajes y con el gancho que supone relatar una versión gamberra de lo contado en la Biblia. Ideal como lectura navideña para amenizar un poco el empacho de paz y amor que se respira en estas fechas tan señaladas.
Como curiosidad, comentar que aún no he entendido porque Baltasar es sirio y Gaspar etíope (¿?).
El argumento se centra en la huida de Baltasar, que comienza la novela perseguido por los soldados romanos por allanamiento y robo. Tras una serie de acontecimientos, la cosa se complica, entran en juego otros dos ladrones, y la persecución se desmadra hasta involucrar de lleno al anunciado Mesías.
El protagonista principal de la novela es Baltasar, al que llegamos a conocer bastante bien tanto por sus acciones como por la parte de su pasado que se nos va desvelando a lo largo de las páginas. Cabría pensar que los dos co-protagonistas son Melchor y Gaspar pero aparecen tan poco que más bien los calificaría de secundarios. Sin embargo, se hacen notables las apariciones de personajes como Herodes, perfecto antagonista, y Poncio Pilatos, además de José y María, que están presentes en casi toda la narración. Así que podría decirse que lo que realmente tenemos entre manos es la historia de un tal Baltasar y de lo que le aconteció cuando una estrella brillante apareció en su camino.
El estilo narrativo es muy ágil, el ritmo es tan frenético como el galope de los camellos por el desierto y los giros y sorpresas se van sucediendo como golpes de espada bien asestados. En ocasiones encontramos algún oasis de calma en la lectura donde retrocedemos a la infancia de Baltasar, aunque estos respiros están tan cargados de emociones (especialmente dolorosas) que tampoco ofrecen tregua ni descanso al desprevenido lector. Abundan las peleas y luchas y el autor se recrea describiendo con todo lujo de detalles escenas desagradables que pueden poner a prueba los estómagos más sensibles. Si consigues superar estos momentos de arrugar la nariz y apartar la mirada, la lectura es totalmente adictiva.
Muy recomendable. Divertida e interesante a partes iguales, con buenos personajes y con el gancho que supone relatar una versión gamberra de lo contado en la Biblia. Ideal como lectura navideña para amenizar un poco el empacho de paz y amor que se respira en estas fechas tan señaladas.
Como curiosidad, comentar que aún no he entendido porque Baltasar es sirio y Gaspar etíope (¿?).
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