El Ministerio del Tiempo es el secreto mejor guardado del gobierno español. Allí se custodian las puertas del tiempo que permiten viajar a diversos momentos del pasado. Sus agentes son los encargados de vigilar que nada altere la línea temporal del presente que conocemos y, si es necesario, intervenir para corregir aquellas desviaciones que puedan llegar a alterar la historia tal y como la conocemos. No es tarea fácil. Así que para llevar a cabo tan delicadas misiones, el Ministerio recluta a los mejores agentes de todas las épocas y los entrena para viajar en el tiempo y conservar la historia de este país.
Los personajes que forman la cuadrilla de agentes protagonista son de lo más variopinto. Para empezar tenemos a Alonso de Entrerríos, un soldado de la época de Flandes, frecuentemente comparado con el capitán Alatriste. Es la fuerza del grupo, el valiente. Tiene unos valores muy anticuados y le cuesta adaptarse a los nuevos tiempos (eso de que las mujeres puedan hacer algo más que parir hijos le parece muy raro). Es tremendamente leal a sus compañeros y provocará más de una escena divertida. Por otro lado nos encontramos con Amelia Folch, una de las primeras mujeres universitarias. Es joven, muy inteligente y está al mando del equipo. Aunque está muy adelantada a sus tiempos sigue siendo demasiado ingenua para los tiempos actuales. Para terminar tenemos a Julián Martínez, un sanitario de urgencias del siglo XXI. Juega con la ventaja de haber nacido en la actualidad y conocer de antemano todas las épocas (aunque se le escapen muchos detalles históricos), tiene un sentido del humor moderno que sus compañeros no terminan de comprender pero vive atormentado por la trágica muerte de su esposa unos años atrás. Juntos, se complementan para llevar a cabo las misiones que les encomiendan y se ayudan los unos a los otros a seguir adelante en el torbellino de la vida que se enreda en el tiempo.
El argumento llama mucho la atención y una vez estás metido de lleno en los primeros capítulos consigue atraparte con ciertas incógnitas por resolver que irán dando juego a lo largo de la serie. El tema de los viajes en el tiempo está llevado de una manera sencilla, sin demasiadas explicaciones ni líos innecesarios. Los saltos, líneas y ciclos temporales están bien cuadrados y permiten seguir bien el hilo de la narración. A nivel visual, los efectos especiales no son espectaculares pero tampoco son necesarios, sin embargo, las caracterizaciones y ambientaciones de las distintas épocas sí que están muy bien conseguidas.
El Ministerio del Tiempo ha sido la serie sorpresa del año. Primero por arriesgarse a presentar un producto español diferente y después por haberlo hecho bien. Si hay una frase que he oído ya en varias ocasiones para referirse a esta serie es: "Para ser una serie española está muy bien". Y lo mejor de todo es que es cierto. Tiene esos detalles patrios como el peculiar sentido del humor o la fijación por dar clases de historia al tele-espectador, pero bien podría pasar por una serie americana de una gran productora con muchos recursos,
El Ministerio del Tiempo entretiene y engancha. Los ocho capítulos de esta primera temporada se me han pasado volando y estoy deseando que estrenen pronto la segunda temporada. Sólo espero que consigan mantener el nivel ahora que ya no cuentan con el factor sorpresa. Si es así, tendremos Ministerio para rato, por suerte, la historia de España da mucho de sí.
Hola! Había visto esta serie en la televisión y no me había atrevido a verla, pero gracias por la entrada porque me apetece ahora mucho.
ResponderEliminarYa te sigo, pásate por mío si te apetece.
Saludos y besos