Mini-Crónica Salón del Manga 2013

Ayer terminó el XIX Salón del Manga de Barcelona y un año más, os traigo una breve crónica sobre mi experiencia en este, cada vez más popular, evento.

El viernes por la tarde, después de una cola de hora y cuarto, entré en el Salón y pude echar un primer vistazo a la infinidad de stands y algunas de las exposiciones. Como siempre que he ido, un gran ambiente y montones de cosas por ver. El sábado por la mañana volví decidida a pasar el día y mentalizada para soportar las enormes colas que tantos problemas dieron el día anterior. Cuando llegué allí, a eso de las 11, había un bonito zig-zag de gente en la entrada principal que prometía horas de espera y desespero. Decidí probar suerte por la entrada trasera y resultó que allí había un total de cero personas esperando. Así que enseguida estuve dentro y pude disfrutar de mi día en el Salón.

Exhibición de sumo

Lo primero fue una mesa redonda sobre sumo con dos imponentes luchadores y su instructor. Muy curioso todo lo que nos contaron sobre este deporte. Siguiendo con el deporte, vimos una exhibición de Jiu-Jitsu y pudimos acercarnos al béisbol con el túnel de bateo o lanzando unas bolas. Después, una interesante conferencia sobre el cuarto centenario de la Embajada Keicho, que trató de unir al pueblo japonés y al español.

Taller de vestir kimono

Entre tanto, exposiciones sobre Nuestros Mangakas, el deporte en el manga, One Piece y Toriko, Dragon Ball, la embajada Keicho. Sin olvidarnos de los talleres de cocina japonesa, el de vestir kimono (que me quedé con las ganas de probar por la cola que había), el de amigurumi y los de dibujo. Y todo esto alternado con la cantidad de stands donde ver montones de cómics y merchandising de todo tipo. Sin duda, una gran variedad de cosas por ver.

Ya por la tarde, de vuelta en el Palacio 1, mientras se celebraba en el escenario el concurso de cosplay, pude disfrutar de una divertida exhibición de sumo y posteriormente de una de kendo. Para terminar, una última vuelta a los stands y un rato probando los nuevos videojuegos. Con todo, una visita bastante completa que me deja, como cada año con ganas de más.

Merchandising a porrillo