A día de hoy suelo huir bastante de los best-sellers publicitarios tras varias experiencias digamos... decepcionantes. Creo que han conseguido el efecto contrario, tanto boom de marketing me repele en vez de atraerme. Pero en su día, cuando era más joven y no había conocido aún tantos bombazos literarios, me leí unos cuantos de ellos.
El primer best-seller que me compré y leí por el ansia de que todo el mundo lo leía fue El código Da Vinci. Hasta el momento no había leído este tipo de thillers y me gustó bastante. Incluso repetí con otros libros similares como Ángeles y demonios o El Ocho. A partir de ahí empezó a aburrirme la moda y pasé a otra cosa. Es lo que suele ocurrir con este tipo de best-sellers, arman un gran escándalo con su publicación pero su atractivo es efímero.
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