Las lecturas obligatorias del colegio no suelen gustar a los alumnos. Además de lo contraproducente que resulta leer por obligación, es habitual encontrarse con lecturas mal escogidas, que no concuerdan con la edad de los alumnos. Sin embargo, de vez en cuando, nos topamos con algún profesor que entiende las preferencias de sus alumnos y elige un libro con potencial para crear lectores.
En mi caso, uno de esos libros fue El misterio de la cripta embrujada de Eduardo Mendoza. Me mandaron leerlo en secundaria y al principio mi motivación por el libro era nula. Poco a poco la historia me fue atrapando y al final me encantó, estaba deseando que llegara la clase de lengua para poder hacer el comentario de la novela.
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