Este verano hemos podido disfrutar en abierto, gracias a Cuatro, de una miniserie que ha dado mucho de que hablar. Apareció las pasadas Navidades en las pantallas británicas golpeando con fuerza y se ha ido abriendo camino como la serie revelación del año. Provocadora e impactante, pretende dar un toque de atención acerca del uso incontrolado de las innovaciones tecnológicas y sus posibles consecuencias.
Black Mirror consta de tres episodios autoconclusivos e independientes entre sí. Aunque tanto las historias como la ambientación son distintas, los tres capítulos comparten el tema central de la tecnología y su uso indebido como alienador de la condición humana. En ellos, se plantean paralelismos con la sociedad actual y se nos presentan hipotéticos futuros en los que la vida virtual es llevada al extremo.
El himno nacional: El primer capítulo y tal vez el que ataca con más fuerza al espectador. Por su ambientación, podría suceder algo así cualquier día de estos, cuando una repentina noticia recorre todas las redes sociales a la velocidad de la luz y alcanza semejante repercusión que cualquier decisión se ve nublada por la inmensa presión de estar en el punto de mira.
15 millones de méritos: Mucho más abstracto y conceptual, este capítulo nos muestra un futuro en el que el ser humano vive totalmente alienado y es tan sólo una pieza más de la enorme realidad virtual que lo domina todo.
Toda tu historia: El último capítulo es el que toca al espectador en el ámbito más personal. Cuando todo lo vivido es almacenado para poder ser recordado -y visionado por otras personas- en cualquier momento, nuestra vida privada cambia por completo.
Con estos planteamientos se desarrolla una serie que atrapa al espectador desde los primeros minutos y lo mantiene, irónicamente, pegado a la pantalla hasta la bofetada final. Y es que, además de la maestría con la que está rodada, lo mejor de Black Mirror es la reflexión y debate posterior. Seguro que has captado muchas de las metáforas, seguro que has visto los paralelismos con la sociedad actual, seguro que se te ocurre alguna situación que podría parecerse o seguro que conoces a alguien que está cerca de verse tan dominado por su vida virtual que pronto se perderá en su vida real.
Por todo esto, recomiendo encarecidamente ver Black Mirror (si es que no lo habéis hecho ya). Y ya de paso, os invito a comentar conmigo (o con quien más gustéis) vuestras impresiones de la serie. ¿Alarmista o visionaria? ¿Podríamos encontrarnos en situaciones así en un futuro no muy lejano? ¿Qué opináis de las acciones de los personajes? ¿Habríais hecho lo mismo que ellos o habríais actuado de otra manera?
Si os habéis quedado con ganas de más, estáis de enhorabuena ya que se ha anunciado una segunda temporada. Esperemos que sea, como mínimo, tan buena como la anterior. De momento, os dejo un trailer de la primera:
No la he visto y justo hace unos días nos hablaron de ella y me quedé con ganas pero como recordaban el título nada, así que tu entrada me ha venido genial :)
ResponderEliminarbesos
Una serie brutal que trata de forma inteligente al espectador a la vez que lo patea donde más duele.
ResponderEliminarSin duda mi capítulo preferido fue el primero. Y mentiría si no dijera que imagine a más de un presidente en la misma situación.
Las historias son llevadas al extremo, pero sin duda hay personas que viven absortas en una realidad virtual que ellos mismos se han ido creando. Ellos se lo pierden, más para los que queremos vivir de verdad.
Ya eres la segunda persona que me recomienda esta serie. Cuando saque tiempo me la miraré. :)
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ResponderEliminarNo la conocía, pero siendo una mini serie le da puntos extra y además tiene muy buena pinta :D
ResponderEliminar¡un beso!
Holaaaa! :D Me gusta tu blog! ^^ Te sigo! :)
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