TV Series: True Blood (Sangre fresca)

En 2008 comenzó esta serie de TV, basada en la serie de novelas de Charlaine Harris “The Southern Vampire Mysteries” (también conocida como la serie de Sookie Stackhouse), que acaba de finalizar su cuarta temporada. Ya he hablado de los libros aquí (id a la letra S).

Sookie y Bill

El primer episodio nos sitúa en un pequeño pueblo de Luisiana, Bon Temps, donde vive Sookie Stackhouse, camarera telépata. Hace un tiempo que los vampiros salieron del ataúd e intentan convivir con el resto de los humanos pero en el pequeño pueblo de Sookie todavía no han conocido a un vampiro de verdad en persona. Hasta que aparece Bill. Al mismo tiempo, una serie de asesinatos sacude a esta tranquila población. Todas las víctimas son mujeres, y con marcas de colmillos. A partir de esta premisa la cosa se complica, los personajes evolucionan, aparecen nuevas sorpresas y hay mucha, mucha acción. 

Si te dispones a ver la serie por primera vez, ponte cómodo y prepárate para un buen baño de sangre y montones de sexo en cada capítulo. El ritmo no da tregua y te mantiene con los ojos pegados a la pantalla con cada escena y cada giro argumental. Visualmente impactante y terriblemente entretenida, posiblemente una de las mejores series que he visto.

Eric y Pam

Sin embargo, True Blood también tiene sus puntos flacos. Cabe recordar que no es una adaptación de las novelas, sólo se basa en ellas, de manera que hay muchas cosas que cambian del papel a la pantalla, a veces incluso demasiado. Por este mismo motivo hay algunos detalles que se pierden o no se comprenden del todo si no has leído los libros. Considerando serie y libros por separado y como historias distintas, es muy posible disfrutar de ambas.

Jessica

El avance de las temporadas trae muchas cosas buenas como nuevos personajes, nuevas tramas, nuevas escenas… en fin, más True Blood del mejor. Pero también trae algún que otro inconveniente, como que los guionistas empiecen a liar tantísimo la troca que ya no sepan por donde salir. En ocasiones hay un exceso de subtramas y personajes secundarios, unos más interesantes que otros. Cada espectador tendrá sus favoritos y sus odiados así que, hay para todos los gustos.

Pero si hay una constante en True Blood son los finales, tanto de capítulo como de temporada, que te dejan con la boca abierta, mirando atontado e incrédulo, esperando ansioso hasta la siguiente entrega para poder ver cómo continúa.

Tras cuatro temporadas, muchas cosas han pasado, ha habido capítulos muy buenos y otros no tan buenos. Temporadas que han gustado más que otras. Pero en el fondo queda la esencia más primordial de True Blood, que promete volver con fuerza el próximo verano con su quinta temporada para hacernos desear otro sorbito de sangre fresca.

Y para abriros el apetito o, mejor dicho, la sed, os dejo la intro de la serie. Toda una obra maestra en cuanto a openings se refiere.

La serie consta de 4 temporadas de 12 capítulos cada una, de una duración aproximada de 40 minutos. Se emite en el canal HBO y en España en Canal+ y, posteriormente, en Cuatro.