Cazadora de espíritus (vol.2)

"Maiko, descendiente de los sacerdotes onmyoji, y su compañero Ryo siguen intentando eliminar a los espíritus malignos que se encuentran a su paso. Maiko se dejará seducir por la amabilidad y la sensualidad de Ryo, que sufrirá un terrible accidente que le dejará al borde de la muerte. ¡Maiko irá a salvarle poniendo en riesgo su propia vida! ¡Un nuevo volumen lleno de emoción!"

Maiko y Ryo continúan sus andanzas tratando de eliminar a los espíritus malignos. En este segundo tomo vemos como estos dos personajes van estrechando lazos y su extraña relación va evolucionando hacia algo un poco más serio. Pero siguen teniendo piques y malentendidos propiciados mayormente por las descaradas insinuaciones de Ryo. 

Igual que en el anterior, los capítulos son autoconclusivos. Con historias de muertes, venganzas y líos amorosos, se va manteniendo y explorando la complicidad de los protagonistas. Los momentos divertidos y picantes le dan un toque especial a las tramas de muertos y espíritus formando una curiosa mezcla. 

El final es brusco y muy abierto. Demasiado, para mi gusto. Tuve que cerciorarme de que realmente no había más capítulos porque me sobraban páginas. Resulta que hay una historia corta suelta de Kayono, Mi Chico de Caramelo, al final que nada tiene que ver con Cazadora de Espíritus y que despista, pues al llegar al final de la historia parece que falte otro capítulo, pero no. Quizá esto hace que el desenlace parezca más brusco todavía, al haber estado esperando un último capítulo y encontrarte con la palabra "fin" antes de lo esperado.

En cuanto a Mi Chico de Caramelo, es una bonita historieta de amor-odio entre dos amigos, que se conocen desde siempre pero que se distanciaron al hacerse mayores y convertirse esa amistad en otro tipo de atracción. Es divertida y romántica. Lo que más me llamó la atención es que son surferos (si es que me encanta la playa) y que, aunque el trazo es el inconfundible de Kayono, los personajes tienen un toque más aniñado, con facciones más redondeadas.

Pasando más allá de la rarísima portada (parece una serie distinta, podrían haberla hecho un poco más parecida a la primera), se encuentra el desenlace de esta historia. Cumple su propósito y expectativas dejando un sabor agradable y sencillo en el lector.