Dicen que hay que disfrutar de los pequeños placeres de la vida. Yo no voy a objetar a eso. Pero qué mejor manera de disfrutarlos que tener varios a la vez.
¿Os imagináis libros escritos con tinta de chocolate? ¿Qué más se podría pedir para endulzar esos momentos? Los momentos en que miras la cubierta, giras la primera página, luego la siguiente y la siguiente y la siguiente... hasta que lo cierras y vuelves a la realidad.
No puedo ofreceros libros de chocolate, tan sólo algunas palabras virtuales que navegarán en esta inmensidad esperando ser leídas. Pero ¿qué son unas cuántas palabras más? Tan sólo la necesidad humana de expresarse y esperar que alguien nos escuche.
Sin más preámbulos y con mis mejores deseos inicio este blog, para el uso y disfrute de quién plazca pasarse por aquí y quedarse un rato.
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