"Mrs. Ferrars ha muerto víctima de una sobredosis de somníferos. Hace un año, su marido murió al parecer de una gastritis aguda. Caroline Sheppard, la hermana del médico del pueblo, sospecha que fue envenenado. Poco después, Roger Ackroyd, el terrateniente de la villa, aparece muerto con una daga tunecina clavada en la espalda.¿Estarán las tres muertes relacionadas? ¿Tendrá Caroline razones para sospechar? Afortunadamente al pueblo ha llegado un nuevo vecino, un hombre bajito de grandes bigotes, que se ha retirado a descansar y a cultivar calabacines." |
Reconocida mundialmente como la reina del crimen, Agatha Christie es una de las autoras más leídas y traducidas del mundo. Por algo será. Decidida a descubrir ese algo, me embarqué en la lectura de uno de sus primeros éxitos, El asesinato de Roger Ackroyd.
La estructura detectivesca de la novela recuerda sobremanera a la de Sir Arthur Conan Doyle y su querido Sherlock Holmes. Sin embargo, Agatha Christie aporta sus propios elementos al relato y lo convierte en algo absolutamente novedoso, al menos para los estándares de la época. El estilo clásico de la autora es agradable y fácil de seguir, los elementos de la trama contrastan bruscamente con lo que esperaríamos en novelas negras actuales, pero la esencia del crimen y su resolución se mantiene totalmente atemporal y sigue funcionando a la perfección con todos los lectores, incluso pasados más de 90 años de su publicación original.
Puede que no sea el mejor caso policial de la historia de la literatura ni el más sorprendente si has leído antes mucha novela criminal, pero es sin duda una lectura imprescindible para cualquier amante del género. El asesinato de Roger Ackroyd fue la novela que lanzó a la fama a su escritora, que terminó por convertirse en reina del crimen y nos legó muchísimas novelas con las que ejercitar las células grises de nuestros cerebros a la vez que disfrutamos de un magnífico relato.


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