lunes, 5 de noviembre de 2012

Un día en el Salón del Manga de Barcelona

El XVIII Salón del Manga de Barcelona cerró anoche sus puertas y se despidió hasta el año que viene con un éxito rotundo: 112.000 asistentes, un 72% más que el año anterior. Está claro que el manga atrae cada vez a más público y eso se hizo notar durante estos cuatro días en La Fira de Montjuïc. Incluso con el aumento de espacio debido al cambio de recinto, se notaba que había gente, mucha gente. 

Tras una kilométrica cola mañanera conseguimos entrar al recinto. Nos da la bienvenida una exposición de Dragon Ball dedicada a la celebración de sus 20 años en España. A su lado nos topamos con Porco Rosso y un poco más allá con una exposición de impresionantes fashion cosplays. Por desgracia, la multitud de gente que se mueve por el salón, entre stands y expositores dificulta un poco la admiración de estas exposiciones.

Dragon Ball
Porco Rosso
Cosplay

Más adelante encontramos la sección de videojuegos, donde la estrella es la nueva Wii U. Destacan también los talleres de manga, las exhibiciones de pintura con aerosoles y bodypainting. Pero a mi me llamó en especial la atención el taller de amigurumis.

Amigurumis

La novedad de este año ha sido el espacio gastronómico. Además de talleres de cocina, pudimos encontrar diversos restaurantes en los que probar muchas variedades de comida japonesa, desde ramen hasta pastelitos de arroz.

Mochis de té verde y fresa
Además, este espacio también contó con una completísima exposición de Manga a la carta. Un recorrido por todos aquellos mangas llenos de referencias culinarias. Los hay que se centran directamente en la cocina con personajes cocineros o gourmets e incluso en la cata de vinos, pero también destacan todos aquellos que usan la comida como nombre para sus personajes, siendo Toriyama el experto en nombrar a todos sus personajes como alimentos.


También pudimos participar en las fiestas tradicionales de Japón en el espacio Matsuri, con juegos tradicionales de los festivales populares japoneses e incluso con la opción de probarse un kimono. Al otro lado del pabellón estaba situado el escenario. Allí hubo diversas actuaciones (conciertos, exhibiciones, concursos...) durante los cuatro días del salón. 

Y entre todo esto, los montones de stands de venta con todas las novedades de manga, muchísimo merchandising y algunas paradas con rarezas, ediciones antiguas o descatalogadas, colecciones completas... en fin, lugares donde rebuscar y encontrar pequeñas sorpresas.

Resumiendo, aunque se pudo disfrutar del mundo manga y la cultura japonesa como siempre, este año el salón ha estado marcado por la enorme afluencia de gente, la novedad del recinto y, en mi humilde opinión, algo de caos organizativo que desluce un poco la experiencia. Me queda la sensación como visitante de no haber podido abarcar todo lo que el Salón ofrecía. Quizá la solución para otro año, sobretodo en vistas de semejante crecimiento, sea repetir visita. Aún así, me llevo un bonito recuerdo de este Salón, como cada año que lo he visitado, y, como de costumbre, me quedo con ganas de más para el año que viene. El próximo ya tiene fecha y tema principal, tratará sobre el deporte así que imagino que veremos a Oliver y Benji entre muchos otros. Con ganas de mucho más manga despido esta "mini" crónica. Si alguno de vosotros pasó también por allí, ¡espero vuestros comentarios!

2 comentarios:

  1. Yo hace ya un par de años que no voy pero me alegré al ver que lo habían cambiado de sitio, porque vaya agobio... xDD así también ha podido ir más gente :3
    Y adoro los mochis >.<!

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  2. que pena no habernos encontrado entre la multitud^^
    Que envidia que me das yo no pude entrar en la sección culinaria, llegue a esa parte casi a las 3 y media y ya no dejaban pasar a nadie de lo lleno que estaba^^ En fin haber si el año que viene también la hacen^^
    Me alegro que lo disfrutaras a pesar de la marabunta de gente^^

    Besazos!!

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